EL CUERPO VIOLADO

AUTOR
Maurizio Stupiggia
Traducción de Ps. Stefanella Costa

EL CUERPO VIOLADO
Una Aproximación psicocorporal al trauma del abuso

 PARA ADQUIRIRLO  A contar del 15 septiembre
http://www.cuatrovientos.cl/

PREFACIO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL


Cuando se ha ingresado a los registros eróticos del cuerpo, pasando por sobre las leyes culturales de parentesco, pertenencia o acuerdos se produce un profundo y extenso daño en la identidad.


Aquello que queremos y debemos ser será evaluado en ese espejo interior donde nos comparamos y validamos como seres que pertenecen a una comunidad organizada. Allí es donde se construye la dignidad, lejos de la vergüenza de sobrepasar los límites asignados como justos y necesarios por la cultura donde somos constituidos como sujetos.


El abuso es entonces el portador de un significado cultural fundacional: es un cuerpo que está en delito, que ha sido marcado con la trasgresión de la principal ley de toda sociedad organizada. La primera ley es la ley del incesto y todo abuso es una reedición más cercana o lejana de este delito.


Tras esta invasión no es posible organizar un sí mismo que se yerga e incline ante la adversidad, más bien se ofrece resistencia, como la que tuvo el cuerpo en su momento ante el agresor y en esta resistencia hay rigidez y en ella quiebres y desmoronamientos del sentido.


Cuando este derrumbe de identidad ha ocurrido es difícil reconstruir la confianza en otros. El otro se ha constituido como una amenaza cierta y se experiencian las relaciones en un precario equilibrio del cual es difícil tomar seguridad.


El abuso está lleno de vergüenza, de culpa, injusticia, confusión, sentimientos que se cargan allá en el fondo del ser como un color obscuro que se filtra para menoscabar el valor de cualquier logro .


El cuerpo es el lugar de acceso al trauma del abuso, el mismo que debió ser el límite y por eso el cuerpo puede alucinar, se trastorna, puede sentirse grande, gordo y buscar en el ayuno un alivio a la alucinación o puede sentirse despegado del yo en fenómenos de despersonalización. El cuerpo hace verdaderas crisis de psicosis y se agita como si hubiera allí mismo una amenaza, como si en el cuerpo habitara ese otro que lo avasalló o hubiera un vacío de identidad que no es posible llenar.


Maurizio Stupiggia nos ofrece un libro para entrar en la atmosfera terapéutica desde la cual es posible iniciar la reparación de estas trizaduras. Con extrema delicadeza se acerca a las vivencias traumáticas de estas personas violentadas en lo más central de sus definiciones. Se trata de un trauma relacional y la terapia se preocupará de no reeditarlo. Primero está el engaño, como punzón en la confianza y luego avasallar el espacio del otro sin pedir permiso, por eso el terapeuta se propone desde palabras que preguntan, advierten de recuerdos desagradables, que invitan a sentirse seguros en la relación antes de explorar el dolor enquistado. El terapeuta no ingresará si antes no es invitado, no usará su curiosidad y le pedirá al paciente que esté atento a parar la exploración cuando sienta que es necesario. En ningún momento lo presionará a hacer lo que no quiere, que sería como volverlo al momento del trauma no resuelto. Le pedirá ser el mismo quien cierre cualquier razonamiento o punto de sintonía que le sea incómodo y que por lo tanto ponga el timing y las imágenes que sienta pertinentes para sostener la confianza de la relación terapéutica.


Veremos como el terapeuta trae la mente al cuerpo desde donde ha sido retirada, porque en la disociación traumática hay mutilación mental del cuerpo y aquello que hay que restaurar es la vida del cuerpo que ha sido retirada del trauma.


El terapeuta creará procesos que permitan despertar ese cuerpo. A veces tomando en cuenta palabras disonantes que el paciente repite, otras ampliando gestos rígidos e incluso reconstruyendo una trama narrativa que logre integrar la vida donde ha sido arrasada.


El terapeuta usará una técnica emocional en la cual hará que el ciclo iniciado por el SNA al momento del trauma se complete. Para esto llevara la vivencia al límite dejando que los sistemas simpáticos y parasimpáticos encuentren su equilibrio.


El Prof. Stupiggia nos irá relatando caso a caso como se fue haciendo este trabajo en terapia. En algunos el objetivo será activar y estimular y en otros, calmar y contener; todo el proceso dentro de una relación terapéutica que lo permita.


Nos presentará su modelo de acciones las que resumidamente incluyen: La reexperiencia sensorial, basada en la reelaboración del modelo de trabajo de la Somatic Experiences de Peter Levine donde se facilitaría se complete la respuesta corporal; El gesto-clave, que es su técnica de intervención, elaborada en conjunto con Jerome Liss donde se buscaría un final distinto para la historia tomándose de un gesto que al repetirse lo evidenciamos, intensificamos y seguimos en su espontánea transformación; El método de los 5 pasos, tomado de la aproximación clínica de George Downing donde se conjugan las sensaciones corporales con el erotismo y los movimientos ondulatorios sexuales.; El Debriefing biosistemico, tomado desde la reelaboración, en clave psico-corporal, del Debriefing psicológico, por parte de Giovanni Lopez.


Para la biosistemica, Escuela de Psicoterapia de Stupiggia, el trabajo puede ser hecho en grupos y también se nos presenta en este libro como crear este setting terapéutico corporal donde se pueda compartir el dolor, la rabia, la vergüenza.


Finalmente podemos decir que la sanación del abuso sexual se basa en la restauración del poder y del control sobre sí mismo y sobre la posibilidad de construir nuevos vínculos. Este empoderamiento hará que esa persona pueda decir “Yo” en propiedad. La experiencia emocional protegida y contenida producirá nuevas conexiones neuronales, reparando así las escisiones causadas por la excesiva activación neurofisiológica al momento del trauma.

Algunas personas podrán aislar el trauma y seguir funcionando sanamente mientras otras serán completamente devastadas en sus posibilidades de autocontenerse y se someterán a los riesgos de una patología borderline de la personalidad. Estas últimas nos desafían a nuevos modos de intervenir en la relación de ayuda.

En todas en cambio, la sanación viene con la esperanza y la esperanza solo es posible una vez que se ha perdonado al agresor, solo allí reaparece la posibilidad de amar y ser amado y es posible pararse con seguridad a construir la vida.





Dra. Patricia Cordella







Prefacio de Jerome Liss
Imaginémonos un gran meteorito que golpea la tierra. Haría un agujero enorme. Así es cómo el trauma golpea la identidad de una persona. Y si este trauma se repite cómo un ritual nocturno, podemos comprender cómo el miedo y el daño continuarían a través de los años.


La persona que ha sufrido molestias sexuales vive un “agujero” de humillación, vergüenza, ausencia interna y desesperación. Esto puede conmover a cualquier espectador, pero no hay espectadores que tengan un conocimiento íntimo de este acontecimiento. La vergüenza y la humillación de la víctima ocultan cualquier cosa. Por lo tanto, el lector de este libro tendrá el permiso de ver un mundo interno y escondido, raramente admitido o revelado.



En la primera parte del libro, el doctor Stupiggia nos prepara para la situación, mostrándonos delicadeza necesaria: una indagación psicológica demasiado minuciosa, a pesar de las mejores intenciones del profesional, puede crear en la víctima una experiencia de invasión y abuso. Una vez superada esta fase preliminar pasa a presentar una serie de situaciones que pueden remecer al lector. Viviremos, por ejemplo, de cerca la experiencia lacerante de una mujer que tiene que girar la cabeza y fijar los ojos en la muralla para sentir que escapa de la penetración inevitable de su cuerpo.

El libro es rico desde muchos puntos de vista. La citación de otros autores, la psicología de la vulnerabilidad y de la ingenuidad del niño, la profundización corporal, las raíces de la experiencia explicada desde la neurofisiología, el método de trabajo psicocorporal aplicado al grupo y la conciencia ética que guía cada momento de la interacción terapéutica. En este sentido es un texto muy útil para los profesionales que trabajan con el problema, como también para las personas que, habiendo sufrido un abuso, quieren adquirir una perspectiva global de una experiencia en la que fueron obligados a vivir en secreto y aislamiento.

Pero quiero detenerme en el aspecto más revolucionario de este libro: la secuencia terapéutica es presentada en sus detalles concretos.



¿Por qué este punto es fundamental? Porque este libro se distingue de otros libros de psicología exactamente por esta razón. Si, por ejemplo, el lector quisiera saber “¿Qué sucede verdaderamente en el trabajo psicoterapéutico o en el trabajo del consejero?” o “¿Qué sucede concretamente en la metamorfosis de la persona?” , los textos disponibles sobre este tema son generalmente muy frustrantes y suelen desilusionar al lector.

En los libros de psicología y de consejería se encuentra una serie de fórmulas abstractas, prescripciones vagas, teorías nebulosas que prometen el Paraíso de Sanación, pero que sin embargo, no revelan nada concreto.

Aquí está el punto radical y, podemos decir, valiente, de este libro. El autor nos cuenta detalladamente qué fue lo que sucedió en algunas sesiones y el libro presenta paso por paso la interacción entre el terapeuta y el paciente.

No sólo esto. El Método Biosistémico incluye la mente y el cuerpo de la persona que sufre y también de su Escuchador: leemos por lo tanto algunas tensiones musculares, el respiro sofocado, los giros convulsivos en los movimientos, el grito antiguamente suprimido que explota después de un grito, la experiencia tan intensa que casi se acerca al desmayo. A través de la lectura es posible mirar una realidad que no conocíamos, y que para muchos lectores, afortunadamente, no será nunca necesario vivir en primera persona.

Estas páginas de descripción directa de las sesiones terapéuticas no son fáciles para el lector. Talvez algunas personas tendrán que saltarlas. Los episodios que han perseguido a la víctima son como una pesadilla repetida e inolvidable. El lector podría reaccionar diciendo “¡nunca me habría imaginado que algo así podría suceder!”. Parece intolerable, pero sabemos que todo es real. He buscado una metáfora para simbolizar esta transformación destructiva de las emociones, esta metamorfosis y fragmentación de la persona. Imaginemos un recorrido de agua fresca y limpia en su fuente de origen en la montaña. En el tiempo, cuando el riachuelo crece para transformarse en un río, y después el río corre hasta el mar, encontramos algo que nos perturba profundamente; al final de su recorrido, el agua ahora está sucia, contaminada y turbia. Así es como la persona que ha sufrido un abuso se siente consigo misma.



¿Qué solución tenemos entonces? ¿Es concebible que este río tuerza la dirección, vaya hacia atrás y comience a correr en sentido opuesto para reencontrarse con la frescura, con la limpidez original que tenía en la montaña? Imposible. Y sin embargo, el trabajo terapéutico evidenciado por el doctor Stupiggia, muestra que todo esto puede suceder y es posible.



Otra metáfora. En la edad media, algunos magos afirmaban que podían transformar el plomo en oro. Esto era la alquimia. Nunca fue verificado. El Método Biosistémico, en las manos de un maestro como es el autor de este libro, demuestra sin embargo que un tipo de alquimia de las emociones es posible.